lunes, 21 de julio de 2008

El auge de los antivalores (Parte 2)

Esta es la segunda parte del artículo que encontré en el periódico (extraído de El sol de Tampico, con fecha de Domingo 6 de Julio de 2008, escrito originalmente por Alma Chávez Guth):

LOS PADRES MODERNOS

Los padres de hoy no somos como los de antes pues fuimos rehénes de una época de grandes transformaciones sociales y de cambios acelerados en muy corto tiempo.

Es increíble cómo la estructura familiar prevalece por siglos, en los últimos 50 o 60 años se ha desmoronado para dar paso a nuevas formas de familia y estilos de vida.

No se puede hablar hoy de valores y antivalores sin analizar la gran transformación que ha tenido la familia como tal en tan poco tiempo.

Los abuelos

Las personas que nacieron antes de 1950,o sea los abuelos, crecieron en general con valores y buenos hábitos.

Una característica de esta generación fue que creían en la cultura del esfuerzo: ellos sabían que con trabajo duro y perseverante se obtenían las cosas, nada era fácil.

Se caracterizaban por ser ahorrativos, por ser empleados obedientes, por permanecer mucho tiempo en el trabajo y por no cuestionar al jefe.

Sus relaciones laborales eran formales y disciplinadas.

Esa disciplina se trasladaba también al hogar donde los hijos no sólo obedecían sino respetaban a los padres y a todos los demás adultos.

Los medios de comunicación de esa época eran el cine, los periódicos y la radio hasta que, a mediados de los setentas entró en escena un invento que nunca nadie se imaginaría la gran influencia que tendría dentro de la familia: la televisión.

Los baby boomers

A la generación nacida entre 1951 y 1984, o sea padres de los jovenes, adolescentes y niños de hoy, se le conoce como "bay boomers", generación sandwich, generación perdida o generación X.

Otros investigadores la llaman la generación de padres obedientes pues son los últimos en obedecer a sus padres y los primeros en obedecer a sus hijos.

Esta generación creció en un época de rebeldía y desafío a la autoridad, entre el rock y la televisión.

Esta etapa fue de grandes trasformaciones sociales, como la liberación femenina, el acceso a la universidad y al mundo laboral de las mujeres, la planificación familiar, la forma de vivir la sexualidad y el acceso a la tecnología y a la información lo que trajo un gran cambio en la escala de valores, lo pragmático se volvió muy apreciado y la lealtad y la obediencia dejaron de ser útiles.

En esta época se pusieron de moda las drogas, ese flagelo que desde entonces hasta nuestros días ha matado o enloquecido a miles de personas en el mundo y corrompido a la sociedad y a las instituciones llevándonos a altos niveles de impunidad, corrupción e inseguridad.

Bajo estos escenarios de grandes cambios sociales, los papás modernos tienen miedo de imponer su autoridad y optan por ser amigos de sus hijos.

Los papás de hoy hacen todo lo posible por no verse viejos y anticuados sino juveniles y modernos lo que trae una gran confusión en las nuevas generaciones pues no sienten ni han sentido nunca una autoridad real que lo guíe por lo que muchos niños y jóvenes hoy se sienten perdidos, sin proyecto de vida.

Generación NEXT

A los niños y jóvenes nacidos de 1985 a la fecha se les conoce como la generación de hijos tiranos y en algún momento leí que era la generación "Y" (hijos de la generación X).

Recientemente salió un interesante libro al mercado que los cataloga acertadamente como generación next (siguiente) palabra que engloba a la perfección el sentido de lo desechable que tienen los niños y jóvenes de hoy; nada es para siempre, todo se reemplaza y cuando decimos todo nos referimos también a las personas.

Muchos de estos niños y jóvenes están creciendo en hogares donde ambos padres trabajan o donde no hay una estructura familiar nuclear (mamá, papá e hijos).

Muchos de ellos han enfrentado el divorcio de sus padres y comparten sus hogares con abuelos, tíos o familiares cercanos.

Ellos desde que nacieron sólo han escuchado hablar de crisis económicas y familiar.

Muchos son hijos de madres solteras o sus padres se divorciaron.

Muchos han pasado más horas de su vida frente al televisor que en la escuela.

Muchos consumen más alimentos chatarra comida saludable.

Esta generación en general no desea que la supervisen, perciben el estudio y el trabajo como un mal necesario y creen que la vida es para disfrutarse a cada momento.

Así podemos ver en las escuelas niños y adolescentes que estudian sólo lo mínimo indispensable para pasar, dan el mínimo esfuerzo en todo aquello que no les produce placer y no es divertido.

Muchos niños y jóvenes de hoy son hedonistas, buscan sólo el placer y la comodidad.

CULTURA DE LA MUERTE

En ocasiones escucho sobre la crisis de valores que existe en la actualidad y me pregunto, ¿son los valores los que están en crisis o somos las personas las que ya no los aplicamos en nuestras vidas?

Otro aspecto que hay que tocar al hablar de valores y antivalores es la cultura de la muerte sutil y ampliamente difundida en los medios masivos de comunicación.

La cultura de la muerte es en realidad una anticultura que se muestra, por ejemplo, en la huida a través del alcohol y la droga.

Esta cultura de la muerte se muestra en una sexualidad que se convierte en pura diversión sin ninguna responsabilidad, que transforma a las personas en cosas no en sujetos.

El hombre moderno tiende a considerarlo todo como objeto de manipulación.

La cultura de la muerte consiste en la desvalorización total de la vida a través del aborto, la eutanasia, el suicidio y la guerra.

Los antivalores sólo llevan a la superficialidad, la falta de metas, la mediocridad, la carencia de sentido de éxito, la ausencia de ideales, el cinismo, el vacío existencial y el desgano.

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