Al terminar la misa nos dirigimos hacia el Paseo de la Reforma y nos bajamos a cuadra y media de la Torre del Caballito y observamos la estatua situada frente a este, me pareció muy buena la vista y la verdad esta vez si me impresione con la altura de los edificios que rebasan por mucho a los que hay en mi "tanpequeño" Tampico (chiste local), pero de verdad si son impresionantes los edificios del DF, pero también note una cosa, muchos de los edificios y monumentos son de tipo minimalista (minimalismo).
Analizándolo de fondo creo que se debe a que cuando a uno le piden hacer las cosas a la de "YA!", no tiene mucho tiempo para darle muchos detalles a una obra y muchos optan por el minimalismo; o bien, se debe a que hacer las cosas lo más simples posibles es como una especie de rebeldía a la complejidad y a la sobrecarga de la sociedad moderna, en especial de las sociedades de las ciudades grandes y complejas como la del DF.
Pues bien, el segundo lugar que visitamos (por afuerita lamentablemente) fue el edificio de la Lotería Nacional y el Monumento a la Revolución, en ese día solo lo vimos de lejos ya que por alguna razón las señoras con las que íbamos no quisieron ir hasta allá, pero bueno, presiento que pronto haré un segundo viaje al DF y entonces si visitaré los lugares a conciencia y con todo el tiempo del mundo, ;).
Lamentablemente en este punto las señoras decidieron que debíamos regresarnos y visitar otros lugares, un amable taxista (que espero no fuera un ratero con taxi pirata) nos menciono que muchos de los lugares turísticos estaban cerrados por ser día Lunes, entonces nos mencionó algunos lugares para visitar como Xochimilco, El Palacio de Bellas Artes y Teotihuacan (aquí se me iluminaron los ojos); lamentablemente las señoras dijeron: "Teotihuacan, nombre ¿para que?; yo ya he ido muchas veces" y yo pensando: "Bueno, señora, pero yo no he ido y me dan ganas de ir, de hecho por eso vine al DF". Al final me quede con las ganas y nos regresamos caminando hacia una calle que desconozco.
Después de caminar de alguna forma llegamos a la zona conocida como el Centro Histórico (de hecho hasta ahora comienzo a recordar que calles tomamos) y más específicamente fuimos a dar hasta la Alameda Central. Lo primero que pude observar gracias al señor Don Porfirio Díaz fue el Hemiciclo a Juárez, que la verdad si esta muy hermoso al igual que toda la Alameda Central, de hecho había algunas personas tomándose fotos cuál turista extranjero (yo andaba igual).
La segunda cosa que vi, fue el Palacio de Bellas Artes (que también mando a construir Porfirio Díaz), el edificio era tan bello como lo imaginaba, quizás más; algo que no esperaba era que hubiera músicos, la verdad me gusto el detalle porque le daban un ambiente más cálido y mexicano a la ocasión, más tradicional, no sé... a contraesquina se encontraba la Torre Latinoamericana que esperaba que fuera mucho más alta de lo que se veía a simple vista, de hecho cuando mi abuela me mencionó que tenia que subirme a ella, me dio algo de vértigo incluso antes de subirme a ella, ;).
Después de tomarnos algunas fotos, que unas japonesitas me echaran "ojitos", y de que un policía estuviera a punto de meter a la cárcel a nuestras compañeras de viaje, pues decidimos subirnos a la Torre. La vista era impresionante, pero igual de impresionante era que la contaminación no nos dejaba ver más allá de cierto limite.
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