viernes, 8 de agosto de 2008

Las olimpiadas y el mundo



Hoy hace unas horas miles de millones de personas pudimos observar la inauguración de la 29ª edición de las Olimpiadas Modernas, un evento en el que se une el mundo entero, un evento de celebración y de reconciliación entre los pueblos.

En esta ocasión la sede de estos juegos fue la enorme, milenaria y semimoderna China; un país que ocupa el lugar número uno en cuanto a población con unos 1,313'973,713 habitantes; un país con una cultura rica en tradiciones y simbolismos; una cultura que busca emerger como potencia mundial y que lo hace a pasos agigantados; un país que compite ya no solo en los deportes sino que compite a nivel económico y político contra países como Estados Unidos e Inglaterra, y no es para menos siendo este el país en el cuál se invento la tinta china, el papel, la pólvora, la porcelana, la seda, la brújula, entre otros.

China inauguro los Juegos Olímpicos en una fecha especial para ellos, un día en el que se triplica el número 8 (día 8, mes 8, año 08) número que de acuerdo a su cultura trae buena suerte; pero China y sus habitantes no han dejado todo a la suerte y la superstición pues han pasado por diversos problemas (como otras naciones del mundo), algunos de los problemas que tuvieron recientemente y que superaron en pro de los Juegos Olímpicos fueron: las manifestaciones Tibetanas (provocadas por la relación China-Tibet), el terremoto que sacudió China el 12 de Mayo de este año, además de tener que remodelar (y "modernizar") su país con tiempo y recursos verdaderamente muy limitados. Debo de admitir que he quedado impresionado con el esfuerzo que realizan los Chinos día a día por sacar adelante su país, como dije antes es un gran país y una gran cultura, una cultura que ha demostrado ser digna de admiración.

Otra cultura que admiro, de hecho la que más admiro un poco después de la cultura maya es la cultura de la antigua Grecia; de esta hermosa y mítica cultura nacieron los juegos olímpicos, aunque estos nunca fueron como los conocemos hoy en día, estos juegos solían reconciliar a los griegos y reunirlos en un ambiente de competencia deportiva y de festividad en honor a los grandes dioses griegos; y esa era la gracia de los juegos, era el honor, la religión y la grandeza de los atletas convertidos en los nuevos héroes. En aquellos juegos los atletas eran exclusivamente griegos, todos eran hombres y ellos competían completamente desnudos en alusión a la belleza del cuerpo humano y a la diosa Afrodita.

La Olimpiadas Modernas perdieron gran parte de esta gracia, los juegos perdieron su toque religioso, pero no fue en vano; hoy los Juegos Olímpicos lograron reunir nuevamente a 204 países de los cinco continentes, todos ellos (o la mayoría por lo menos) en un ambiente de paz y respeto mutuo, en un ambiente en el que todos somos hermanos y en el que las diferencias son olvidadas.

En el protocolo de inauguración de los Juegos Olímpicos Modernos siempre destacan dos cosas: el desfile de las banderas y el encendido del pebetero olímpico. En lo personal lo que más me gusta es observar como las personas de las distintas naciones desfilan orgullosos portando sus banderas, desfilan orgullosos de lo que son, de su nación, de sus costumbres y tradiciones; pero sobretodo me gusta observar que desfilan sabiendo que las demás naciones merecen tanto respeto como la suya, que ninguna nación es más que otra y que todas merecen un lugar en este mundo.

A continuación un par de videos: el primero recuerdo haberlo visto de niño y es uno de los momentos más memorables que tengo de las Olimpiadas y de mi niñez que guardo con mucho cariño por circunstancias personales y familiares; el segundo video nos recuerda lo que a veces llegan a representar los Juegos Olímpicos y nos recuerda que a veces los hombres se convierten en verdaderos héroes (Jesse Owens).



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