Cuando se es niño y se vive comodamente en un país relativamente pacifico y prospero, solemos ignorar cosas como las guerras, la pobreza, el hambre, la delincuencia, entre otros. Conforme crecemos, de una u otra forma nos damos cuenta que el mundo no es lo que pensabamos y nos aterramos al ver de lo que es capaz de hacer el ser humano por el poder y el dinero.
Con cierta frecuencia escuchamos a otras personas hablar sobre el relevo generacional y sobre que debemos preparar a los niños para el mundo, en dado caso, las grandes interrogantes son: ¿Como prepararlos? y ¿Para que mundo los estamos preparando?. También escucho (sobre todo ultmamente) la frase: "Los niños son el futuro del mundo", pero ¿como les estamos preparando el camino?; ¿lo estamos dejando despejado o estamos heredandoles problemas que nosotros no pudimos resolver?
En el siguiente documental se muestra una pequeña dinamica llamada El restaurante del mundo, en ella varios niños experimentan de primera mano la inequitativa repartición de alimentación que se da a escala mundial, a la vez que se les hacen diversas preguntas sobre como solucionar el problema y su percepción sobre el mismo.
¿El problema del hambre es complejo?; los niños dicen que "no", pero los adultos parecemos empeñados en decir "si".
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